martes, septiembre 23, 2008

No puedo dormir

No puedo dormir.

Me desvela el recuerdo de tus ojos penetrantes, de tus ojos verdes desbocados, salvajes, corruptos.

Ojos que me dicen más que miradas en los míos; que me embisten cual toro desmedido, con su luz terrible, inconfundible, para matarme y matarme tantas veces que ya he perdido la cuenta.

Los pienso y se me ocurre una esmeralda, y si las esmeraldas no son así de verdes, entonces deberían serlo.

Tus ojos me atraviesan, me convierten en un trapo viejo y usado, tus ojos me desean, me conocen, me desnudan, me matan por momentos.

Verde que te quiero, que me estaqueás una mirada, verde que te veo, verde maldito, te deseo.

Tan sólo si tus ojos, si tus ojos, si tu boca repitiera con palabras a tus ojos, si tu boca, si tus ojos no dijeran tantas cosas.

No puedo dormir.

Es como un pequeño paraíso: tu boca, una curva exagerada, una manzana perversa que pide a gritos medio beso, sólo medio, para dejarme destruido sobre el sillón, aturdido, pensando sólo en tu media boca y en tus ojos llenos de flores verdes, acurrucados bajo tu pelo.

Me aturden los recuerdos de tu boca delineada, de tu boca risueña, traviesa, juvenil. Tu boca, la de los mil colores, la que se cierra sin cerrarse dentro del sueño mas profundo, tapada bajo la sábana, al calor de una mirada.

Tus ojos sobrepasan mis ideas. Me superan, me arrancan la vida de un tirón terriblemente involuntario.

El recuerdo de tus ojos no deja que los míos se cierren: no puedo dormir. La culpa es toda mía: yo no debí mirarlos.

F.L.B. 7/8/08

jueves, septiembre 11, 2008

Cursar en la UBA:

Cursar en la UBA hoy es: cagarse de calor en verano porque no hay ventiladores, cagarse de frio en invierno porque no hay estufas ni gas, sentarse en el piso porque no entramos en un aula para 20 ocupada por 50, escuchar a un profesor a 15 metros durante dos horas sin micrófono y con las ventanas rotas que filtran por sus agujeros el ruido de la calle. O, cuando hay micrófono, las radios clandestinas que se acoplan. Que haya una o dos teles, uno o dos enchufes mas o menos “seguros”, que haya un video ¿DVD? ¿Qué es eso? Que no haya computadoras para usar, ni máquinas expendedoras de nada (como en la facultad de derecho, ni hablemos de pileta), que haya una sola persona que se encargue de limpiar los cinco pisos de la facultad a veinte aulas por piso, mas pasillos, mas baños, mas tachos, mas 40.000 que ensucian. Que a los profesores no les paguen ni les aumenten, que se den clases en la calle para protestar, que hace 5 años que prometieron un edificio único para Sociales y todavía siga siendo una vieja fábrica dónde, encima, se dan algunas clases. Que las materias no salgan porque hay pocas ofertas y se llenan rápido los cupos. Que no haya mas ofertas porque no hay mas aulas, porque no hay mas plata para hacerlas, ni para pagarle a los profesores por una comisión nueva. Que haya que esperar hasta 9 horas para rendir un examen final. Que por más que el reglamento lo exija, no haya más de un teórico por materia para tener en cuenta a los chicos que trabajan ni se tomen recuperatorios. Que nadie escuche. Que se diga que la deserción es porque no se quiere estudiar. Que los que trabajan o las madres no tengan prioridad en las inscripciones. Que al final del cuatrimestre te digan que no figurás en la materia que acabás de aprobar. Que los techos se caigan, las paredes sean de ladrillo y haya fierros peligrosos de la vieja fábrica por todos lados. Que no haya ningún matafuego, ni salido de emergencia. Que se llueva todo cuando llueve. Que en la hemeroteca no haya videos. Que tarden 15 días en hacerte un certificado para el trabajo. Que te den una libreta provisoria para anotar las notas, para hacerte una revisación médica que dura un año para poder pedir la libreta nueva –que tarda 6 meses- para después perseguir a los profesores para que te firmen la libreta original si es que todavía están en la facultad si no les cerraros la cátedra o la comisión. Que te pierdan las notas, que no te corrijan, que te puteen, te aprueben o te bochen, a veces, bajo raros fundamentos. Que seas un número más. Que la educación esté como está. Que no haya plata para aprender. Que la gente repita y repita, con los medios, que los chicos no quieren aprender. Y en el medio de todo eso, haya que tratar de aprender algo. Cualquiera que dure ahí mas de dos meses es, creo, porque quiere, tiene, necesita aprender. Y necesita del mayor derecho que tenemos: la universidad pública. Eso que no tiene precio, que todavía no tiene precio. Tenemos derecho a aprender, no a que nos ganen por cansancio. Y sino tenés las privadas y va a pasar lo mismo que con el teléfono, la luz, el gas, los canales de tv, las ondas radioeléctricas, el servicio de salud, etc. Cuidemos lo público, incentivemos la educación, enseñemos a aprender, enseñemos a educar, enseñemos a entender y a no repetir ciegamente, que los chicos no quieren estudiar.

F.L.B. (1/6/08)